Fuimos un finde a Andorra y buscando recomendaciones nos apareció este restaurante. Nada más llegar nos empezó a nevar, lo que lo hizo más idílico si cabe, es una cabaña preciosa en medio de la carretera donde se come genial y hay diversidad de gente, ya que está cerca de la frontera con Francia. Pedimos un chuletón de buey, el cual vino con una guarnición increíble: patatas, champiñones y salsas varias. El carpaccio estaba delicioso, un lugar para repetir seguro. Los postres no los probamos (acabamos llenos con el chuletón ) . Comida: 5/5 Servicio: 5/5 Ambiente: 4/5. Platos recomendados: Patatas fritas.
Fuimos un finde a Andorra y buscando recomendaciones nos apareció este restaurante. Nada más llegar nos empezó a nevar, lo que lo hizo más idílico si cabe, es una cabaña preciosa en medio de la carretera donde se come genial y hay diversidad de gente, ya que está cerca de la frontera con Francia. Pedimos un chuletón de buey, el cual vino con una guarnición increíble: patatas, champiñones y salsas varias. El carpaccio estaba delicioso, un lugar para repetir seguro. Los postres no los probamos (acabamos llenos con el chuletón ) .
Comida: 5/5 Servicio: 5/5 Ambiente: 4/5. Platos recomendados: Patatas fritas.