Diario de un Turista
Los puentes medievales de Andorra
Al sur de Europa, en los Pirineos y entre Francia y España, está el Principado de Andorra, un país muy pequeño que apenas si tiene 468 km2 de superficie. Históricamente ha sido una zona aislada y algo pobre pero desde el final de la Segunda guerra Mundial ha estado creciendo y su prosperidad se debe en gran parte al turismo y a su condición de paraíso fiscal. Andorra tiene muchos atractivos turísticos y lo bueno es que al ser un sitio pequeño todo es accesible, y si has alquilado un coche o vienes con el tuyo, pues mucho mejor.
Andorra tiene museos, rutas culturales y naturales, monumentos, galerías de arte, iglesias y muchas fiestas populares. Entre los monumentos hay dos puentes antiguos que te llevan inmediatamente a la Edad Media. Uno de ellos es el Puente de la Margineda, el puente medieval más grande de todos los que hay todavía en el principado. Es parte del antiguo Camino Real que va hacia Andorra la Vella y está cerca de Sant Julià de Lòria, sobre el cauce del río Valira.
Es de un sólo arco, abierto y de nueve metros y medio de ancho o luz. Pertenece al pueblo de la Margineda, dividido en dos parroquias, y es sede de una gran celebración que tiene lugar el tercer fin de semana de julio, los Barraques de la Margineda, un evento de música, arte, cultura, chill out y actuaciones diversas. Es una fiesta moderna e innovadora, a la caída del sol.
El Puente de la Margineda es, por último, uno de los pocos puentes románticos del siglo XII que quedan. Es esbelto, largo, grande y mide en total 33 metros de largo con una altura de 9,20 metros. El empedrado del camino se sube al puente y forma parte de su estructura. Otro puente que es a estas alturas un monumento nacional es el Puente de Sant Antoni de la Grella, también de piedra y también con un solo arco, largo y esbelto.
El Puente de Sant Antoni de la Grella es de origen medieval y se sitúa en el antiguo camino que une Andorra la Vella con Ordino. Permitía pasar de Adorra la vella a La Massana delimitando así las dos parroquias y era el único paso que lo permitía sobre las aguas del río Valira Nord. Es uno de los puentes más típicos de los valles de Andorra pero debió rehacerse a mediados del siglo XX para poder preservarlo. Cerca de la estructura está la capilla de Sant Antoni de la Grella, una bella capilla romántica que fue restaurada en los años ’40 del siglo XX precisamente cuando estaba construyéndose los túneles de la carretera general.